Nooooche sin Paaaaaaz... Ah! ¿no era así el villancico?

La verdad es que fue un fin de semana bastante pacífico, y a la hora de las comidas, que es cuando suelen darse las discusiones, estuvo todo bien... SALVO la cena de Nochebuena.
Todo comenzó mejor imposible: velas, música, rica comida de entrada, charla amena, vinito, cervecita (para mí)... y sacando fotos para el recuerdo...


Pero resulta que Papá Noel llegó temprano y ya había dejado los regalitos antes de sentarnos a comer o sea que el principito (que ya había comido -porque come y enseguida se levanta a jugar- estaba embolado y se tenía que quedar encerrado porque ya estaban los regalitos colocados en el árbol!!!!)

Yo me calenté... pero logro controlar mi ira bastante bien así que me calmé y tragué dos bocados como rocas pero calladita después de un par de comentarios que me hizo mi sereno marido...
El tema siguió rondando la mesa porque estaba el peque aburrido y quería salir a jugar afuera y ver si veía a Papá Noel.

Entonces entre nosotros comenzaron las miradas asesinas y diálogos en clave para que el pequeño no entienda (imaginate pelearte en clave! un horror!)
Pero mi papá, que tiene una personalidad un poco explosiva -mucho peor que la mía- (siempre digo que yo soy su versión en femenino y mejorada) -...lo adoro con toda mi alma pero diría que a veces se pasa de sobre manera...- terminó gritando como un energúmeno.

En conclusión: Mi viejo gritando, mi peque (que tiene el gen) gritándole al abuelo que no grite que esa no era su casa (encima decirle eso a mi viejo es lo peor del mundo pero se controló.. menos mal!)... yo gritándole a mi viejo que no le grite a mi pequeño, mi hermano gritando "silencio", mi mamá haciendo de mediadora sutil, interfiriendo pero no tanto y mi marido por supuesto re caliente pero callado.
En eso desaparece mi hermano... Había salido por una ventana de atrás y había revoleado todos los regalos atrás de un matorral. Yo ya me imaginaba que se le habría escapado y habría quedado algún regalo bajo el árbol y se armaría una rosca peor pero de todas maneras tenía que salir, ya no daba para más, el peque necesitaba corretear un poco. Salimos... y por suerte al llegar al arbolito no había nada... el arbolito encendido estaba allá en la oscuridad de la noche esperando a Papá Noel... ¿Y Papá Noel? uyyyyy todavía no llegó!!!! Vamos a ver si lo vemos!!

Después de un ratito volvimos adentro y todo estaba un poco más calmo... caras de culo que se fueron disipando durante el resto de la cena... hasta que al fin terminaron en risas cuando se escuchó que Papá Noel pasó por la ventana haciendo ruidos con un cascabel, fuimos al árbol y estaban los regalitos.